miércoles, 27 de julio de 2011

DIONEL, 5to A.


La peor siesta de tu vida.

Corrió entre los gigantes árboles de ese hermoso lugar, en una noche muy cálida y con una luna bella que parecía cada vez acercarse más. Juan charlando con su amigo, siguió corriendo hacia lugar donde buscó, buscó, buscó pero nada encontró.
Juan tomo un descanso sobre el tronco de un árbol, mientras su amigo merodeaba la zona, y este mismo comenzó a escuchar un ruido extraño. Juan, no quiso alardearse con ese extraño ruido que no sabía de donde provenía y siguió relajado en su descanso; parecía pensante.
Su amigo había encontrado algo mejor que hacer y Juan no sabía sobre su paradero pero mucho no se preocupó, siguió en lo suyo descansando y pensando.
Juan sólo pensaba en qué era ese ruido extraño y por su mente no pasaron cosas muy buenas, ya que no sabía donde estaba su amigo y por esta razón comenzó a preocuparse.
Decidió salir a buscarlo, caminó, caminó, caminó y no lo encontró.
En su larga caminata se cruzó con una persona no muy identificable con la cuál ni siquiera pudo conversar, ya que en un abrir y cerrar de ojos este desapareció sin dejar ningún rastro. Juan corrió acercándose hacia el lugar donde estaba esta persona pero ya era tarde, no estaba. Siguió buscando y caminando.
Su amigo estaba mirando un hermoso animal pasar cuando se le apareció la misma persona y haciendo el mismo gesto que Juan volvió a desaparecer. Su amigo tuvo la misma reacción de ir hasta el lugar donde vio esto pero sucedió nuevamente lo mismo.
Después de largo rato se produjo el encuentro entre Juan y su amigo, los dos con cara de asombro comentaron lo sucedido.
Ya siendo de madrugada los dos amigos acamparon al lado de unos árboles gigantes.
Ambos se quedaron charlando sobre lo que habían visto y ninguno de los chicos entendía nada. Juan se durmió y su amigo se quedó pensando traumado sobre el tema.
Pocas horas después, al caer el sol en un día muy frío y gris, nadie supo más nada de estas dos personas que fueron a acampar a este bello lugar con muchos árboles donde no había absolutamente nada.

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