miércoles, 3 de agosto de 2011

Polo 5to,B



Era un día viernes a la noche y como siempre nos juntamos con unos amigos en la vereda para organizar donde nos juntaremos de noche. Llegamos al acuerdo de reunirnos en la casa de mi amigo Juan Gabriel.
  Fuimos a comer cada uno en su casa, así que no se que habrán comido, luego de cenar, todos nos encontramos  en lo de Juan Gabriel, como siempre llevamos las nootebook para jugar en red al jueguito Age of Empire 2, conectamos todo y organizamos los equipos a la suerte. Eran equipos de 3 integrantes cada uno, como de costumbre creo la partida el dueño de la casa y los demás nos unimos a su partida, empezado el juego nuestro equipo se mandaba mensajes privados para organizar un ataque contra el equipo rival, hasta matarlos a todos.
  Después de terminar al juego volví a casa abrí la puerta, me dirigí a la cocina a comer algo, luego fui a el sillón, prendí la tele y empecé a mirar un documental de la edad media, de pronto aparecí en la antigua edad media, en ese lugar era el general de un ejército, organice alianzas con otras civilizaciones y atacamos a los pueblos enemigos. De repente volví a estar en mi casa.

Agustín, 5to A


Leandro estaba terminando de lavar los últimos platos y su familia se había ido, él estaba solo .Comenzó a escuchar unos ruidos que venían del armario. Como no vio a nadie volvió y siguió con su tarea. Siguió escuchando ruidos que provenían de allí y volvió pero no había nadie .Allí se asustó pero pensó que podía ser un ruido que venía de afuera y siguió lavando los platos.
Al rato pasó por el espejo que estaba en la puerta del armario y lo vio manchado de sangre .Se asustó y se encerró en su cuarto. Cuando prendió la luz una voz grave y en un tono bajo le comenzó a hablar. Leandro se asustó mucho y se escondió debajo de su cama, mientras que esa voz le seguía hablando.
En un momento comenzó a moverse el suelo y a sentir olor a humo. Se quiso ir de su casa pero estaba todo cerrado y no pudo escaparse por ningún lado.
La voz grave comenzó a sentirse cada vez más fuerte diciéndole que por la noche lo iba a matar a él y a toda su familia, y que iba a quemar la casa. Leandro comenzó a llorar y se quería ir de allí cuanto antes.

Fernando, 5to A


La puerta

Era lunes, terminé de preparar la mochila, me puse la campera y salí caminando para ir a entrenar. Iba por la bicisenda, intranquilo porque sentía que era un día raro, no había mucho movimiento de gente, tenía el presentimiento de que algo me faltaba, y más que nada algo iba a pasar…
Llego a la calle Lautaro, hago 2 cuadras, y cerca de una esquina veo la sombra de una persona, que me era muy conocida, muy familiar. Tenía mucho tiempo, así que decidí seguir esa sombra, nunca pude ver a esa persona ya que estaba de espaldas y encapuchado, pensé que podía ser un amigo, o un primo, pero ante la duda no lo llamé y sólo lo seguí pensando que en algún momento iba a voltearse.
Nunca volteó, pero algo dentro de mí hacía que lo siga vaya donde vaya, me guió hasta una cosa abandonada, enorme, construída con madera, dos pisos de alto. Sorprendido mirando la casa,  perdí de vista a esa persona, no sabía donde se había ido, ni tampoco donde estaba yo.
Esa casa me atraía, decidí entrar, buscar algo, revisar, tenía algo que me podía. Apenas entré, escuché el maullido de un gato, me llamaba la atención así que lo busqué dentro de esa inmensa casa. Se lo escuchaba detrás de una puerta grande, ancha, de madera gruesa, cerrada, y con una cerradura bastante extraña, nunca había visto alguna así. Busqué dentro de cajones, sobre escritorios, mesas, algo parecido a la cerradura como para abrir la puerta. Encontré un estilo de llave, grande, cuadrada, pesada, y por más de 5 minutos me pregunté que hacía, abrir esa puerta me daba terror, pero lo tenía que hacer.
Tomé valor, me acerqué a la puerta, todavía se podía escuchar al gato del otro lado… Puse la llave dentro de la cerradura, la giré. Empujé, y se abrió…
Aquí me encuentro….

Belén, 5to A


Una familia muy trabajadora se mudó a un barrio de otra provincia de la que vivían ellos. Era un barrio que parecía como cualquiera, de las cuales dos vecinas eran locas; eran ancianas que deliraban, también se encontraba en otra casa, un señor que era cirquero, por cierto, era muy gruñón para trabajar de eso.. Y al final de la cuadra había un niño de 10 años, de la misma edad que Sharon, la pequeña que se había mudado a la casa de los Thompson con sus padres.
Sin ninguna razón, los Thompson desaparecieron, pero como ellos eran raros, no fue un caso que llamo demasiado la atención.
Sharon era una pequeña, que a pesar de ser hija única, era muy divertida, le encantaba descubrir cosas nuevas y atractivas.
En su nueva casa se sentía muy sola, ya a sus amigas no las tenía, ni siquiera en la misma ciudad… sus padres siempre pendientes del trabajo no se molestaban mucho por ella, le daban lo justo y necesario, pero no tenían en cuenta su niñez, y la felicidad que le hacía falta a toda niña.
Sharon ya no sabía qué hacer, así que un día ya cansada de pelear con sus padres, decidió inspeccionar su casa; era muy grande, aunque no lujosa. Tenía dos pisos, pero había una habitación en particular, que le llamaba mucho la atención, porque tenía algo raro, en ella había una mini-puerta con una llave tirada en un lado, junto con una carta que le advertía que no la use y que no entre nunc, junto con eso, que se deshaga de la llave. Pero como Sharon era muy traviesa, entro. Paso por un túnel, queriendo escapar de sus padres para no tener más problemas. Cuando finalizo el túnel, apareció nuevamente en el mismo cuarto. Ella estaba confundida, porque del mismo lugar, tendría que aparecer en otro, pero no era así… en fin, cerró la puertita y camino hacia la cocina. Al salir al pasillo, ya no era la misma casa, sino que estaba reformada, era una casa muy, muy lujosa. Sharon anonadada no sabía que pensar, asique llamo a su mama, a la cual respondió que se encontraba en la cocina; cuando llego al lugar, era su mama, pero totalmente diferente a la real, su papa también se encontraba ahí, el cual, se encontraba pendiente de ella. Era como realmente ella se lo imaginaba. Verdaderamente le parecía que vivía en un sueño, pero era totalmente real. No sabía si era un sueño, si era vigilia. Ella se sentía en su casa, todo le era familiar, pero a la vez era extraño porque era una realidad desconocida.
A Sharon le encantaba estar allí, los vecinos eran los mismos, pero a la vez no. Eran todos buenos, era un vecindario feliz; hasta su mejor amigo era el pequeño del fin de la cuadra, era todo un sueño. La niña era muy feliz estando allí, de este modo es que aprendió a convivir con los vecinos, también fue así que empezó a entender a sus padres… Sharon viajaba todos los días a través del portal, es así que todos los días eran grandiosos para ella, y no tenía ningún conflicto con los padres, ni con nadie.
En verdad, Sharon pasaba más tiempo en una realidad no tan desconocida; era lo que ella eligió y lo que quería para su futuro… viajar y solamente vivir como le parecía más cómodo.

Después de todo, ¿eso le iba afectar en un futuro no tan lejano? …