Les dejo otra joyita de escritura de una alumna del Instituto, esta vez sobre la ciudad de Rosario.
……… “ROSARIO SIEMPRE ESTUVO CERCA”……... Ma. Nieves Fernández
Y
comienzan los preparativos y entra la duda. ¿La afirmación de Fito será
realmente cierta?, o ¿se convertirá en negación? Es para aquel que no conozca
distancias una afirmación convertida en interrogante.
A
la hora indicada, nos subimos al colectivo y allá vamos. Después de dormir unas
horas nos despertamos justo para ver la famosa zona de la franja verde, lo que
en algunos programas rurales muestran la zona de abundancia, buenas
producciones, muchas vacas, mucho verde, pero a la vez vemos lo que no nos
dicen, lo que no es tan noticia, que en algunos lugares también hay abundancia
de agua, tanta que es una gran inundación, y las vacas escasean y el verde se
descolora.
Y
allá entramos a destino, y se respira un aire renovador, nos espera un largo
fin de semana y algún que otro día mas, para caminarla un poco.
Descubrimos
que tiene de todo y para todos los gustos, cada esquina esconde un poquito de
cultura, música, arte. Rosario es mucho más que el monumento a la bandera, cada
grafiti cada rincón es un museo, una historia, una denuncia, una visión.
Al
caminar por varias calles vemos, cada tanto, pintadas en paredones de fondos
blancos una bicicleta con una patente que solo contiene números. Y nos
preguntamos su significado, es muy llamativa. En otros paredones divisamos que
la bicicleta fue tapada con pintura blanca y entonces un grafiti que dice: “yo
deje mi bicicleta acá y desapareció, ¿alguien la vio?”, esto nos da risa, pero
necesitamos entender estas pintadas.
El recorrido sigue, sin dejar de pensar en las
pintadas, próxima parada La Florida, costa al río donde veranean, toman sol,
mateadas y murgas es el escenario que la caracteriza. Nos preguntamos de donde
tanta arena si nos separan varios kilómetros del mar. Hablando con algunos
habitués del lugar que nos cuentan con distintas palabras, pero el mismo
significado, todo lo que el gobierno invirtió en traer tantos camiones de
arena, el lugar quedo lindo, se aprovecha por todos los que hasta aquí llegan,
¿se podría haber invertido en otra cosa? Si. Escuchamos una música, exactamente
el ritmo de la Pantera Rosa, que nos atrae hacia un grupo de gente, al
acercarnos vemos unos 8 chicos de entre 17 y 28 años, uno de ellos, que porta
gorrita y pantalones coloridos dirige la batuta, es una murga barrial, un grupo
de jóvenes que por sus ojos destilan notas musicales. Y vuelve a la memoria que
en muchos lugares y en muchas bocas la juventud está perdida, ya nada se puede
hacer. Y es esa juventud la que acá se muestra y le pone ritmo a todo aquel que
es habitué de La Florida.
Después
de 2 días nos invitan a conocer el barrio Ludueña, allá nos espera en la plaza
del barrio Barón, un hombre chico o un chico hombre, de ojos verdes tristes. Él
va a ser nuestro guía turística. Pertenece al grupo “La Vagancia”, organización
que fundo y le puso nombre Claudio “El Pocho” Leprati, es él quien nos va a
mostrar Rosario desde otro lugar, desde otras vivencias, con otra mirada. Barón
nació, y no cambia por nada, acá en “la Villa” como la llaman todos. Mate en
mano y con voz baja y quebradiza empieza su relato: “El Pocho vio en mí y en
los pibes del barrio algo que nadie, ni siquiera nosotros, había visto, confió
en que podíamos llegar más lejos. Entre guisos, mates y torta fritas nos fuimos
formando como organización y hoy seguimos trabajando en distintos talleres de
guitarra, murga, bailes y muraleros”, nos empieza a guiar para el seno del
barrio para dirigirnos a lo que era la casa de Claudio, hoy lugar de encuentro
de La Vagancia. Para que nos quede en claro Claudio Leprati es el Ángel de La
Bicicleta, que en el 2001 lo mato la policía arriba del comedor donde “la
Vagancia” hacia trabajo comunitario ayudando a darle de comer a alrededor de
100 chicos carenciados.
Barón
nos muestra historia “Rosario es mi lugar en el mundo, sin duda alguna”, sigue
su relato “es un gran atractivo turístico, sin ir más lejos, tenemos el
monumento a la bandera. De acá salieron grandes personas como Fontanarrosa,
Fito Páez, Luciana Aymar, y unos cuantos más”. Es él el que nos cuenta de los grafitis
de las bicicletas y leyendas, “cada bicicleta representa a cada uno de los
desaparecidos en la época de la dictadura, junto con aquellos que fueron
callados por el gobierno también en democracia. Y es ese mismo gobierno que en
ciertos lugares las borro y de ahí la leyenda”.
Llego
el día del retorno a nuestros lares de origen, y como Pocho nos adueñamos un
poco de Rosario, nos sentimos parte de ella, de cada paredón, cada plaza, cada
calle, nos queda mucho por recorrer, por investigar y sin dudas nos gustaría
quedarnos acá como “El Ángel de la Bicicleta”.
Rosario
es, sin duda alguna, un pequeño gran tesoro.